Más de treinta años han pasado ante mi,
raudos como caballos desbocados.
También yo he estado yendo de acá para allá.
corriendo de un extremo a otro
del país. Me gustaría encontrarme en la
casa en que nací, a mil cordilleras
de distancia. Como hojas doradas al final
del verano, ya me han aparecido
algunas canas. Todos mis viajes han sido
meras huellas en la arena llevada
por el viento. He acumulado saber como
una bola de nieve. He cruzado
montañas, he pasado exámenes y he dictado
conferencias eruditas. ¿y de qué
me ha servido? Más he habría valido quedarme
en casa cultivando melones imperiales.
Autor: Ch’ang Kuo Fan, versionado por Kenneth Rexroth. En su trigésimo tercer cumpleaños, este hombre no parece muy contento. Ir y venir es la esencia de la vida, ¡hombre! Aunque estoy de acuerdo en que mejor que las conferencias es el cultivo de los melones imperiales. Con un cálido y cercano abrazo para Botón, que debe estar cruzando mil cordilleras… o cultivando melones, quién sabe. 😉
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