Archive for the ‘Haikus’ Category

Hojas rojas de otoño

Pálidas parecen las hojas
rojas del otoño ante las olas
verdes de los campos de arroz.

Autora: Kikusha-Ni, monja Budista condiscípula de Chiyo, cuyo nombre significa «choza de crisantemos».

Un relámpago

Un relámpago
y el grito de la garza,
hondo en lo oscuro.

Admirable
aquel que ante el relámpago
no dice: la vida huye.

Autor: Bashô, en Sendas de Oku. El haiku rechaza la evidencia, por eso, como decía Chikamatsu, lo primordial no es decir de algo «es triste», sino transmitir la sensación de tristeza. En la capacidad de sugerencia radica la belleza del haiku. De su breve relámpago se dirime la lentitud de la tormenta. (Citado -el poema y el comentario- en Hana o la flor del cerezo, de J. M. Rodríguez).

Silencio

Nadie habló,
el anfitrión, el huésped,
los crisantemos blancos.

Autor: Ryôta. El silencio es hermoso. Dejémos que pase por la blogosfera, pero sin instalarse en ningún espacio, fluyendo de aquí para allá, por momentos…

Luna llena

Miro la luna,
hoy se muestra redonda
¡y tan ufana!

Autor: Un botón lunático

el farol

Primer amor.
Se arriman al farol,
cara con cara.

Autor: Taigi (1709-1771). El haiku también puede ser amoroso. Me puedo imaginar la ciudad de Edo en el siglo XVIII, la oscuridad intacta de la noche sólo maculada por la luz de un  farol… y ellos se unen.

En octubre

En octubre
cayeron los días
como las gotas.

Autora: Sonámbula, pensando en el tiempo, y en cómo se va, y en a qué se le parece el tiempo cuando se va…

Haikus de otoño

Lluvia de otoño,
en el suelo, las hojas
se desperezan.

Vaga en el río
amarilla una hoja,
sin rumbo fijo.

En los viñedos,
de dulce agua preñadas,
las rojas uvas.

Autora: Botón. Que disfruta especialmente con cada color del otoño.

camino

Nadie emprende
este camino salvo
el crepúsculo de otoño.

Autor: Bashô. En 1689 Matsuo Bashô parte con su discípulo Sora hacia las tierras del norte de Japón. Allí, en la vieja Edo, sus amigos lo despiden con calidez. Antes de que las siluetas desaparezcan en el horizonte, Bashô dice:

Se va la primavera
lloran las aves, son lágrimas
los ojos de los peces.

Y yo me pregunto ¿qué es el camino? ¿Hay algo más que camino? ¿quién decide el camino? No obtengo ninguna respuesta aunque ya  las se todas.

El codo de Buson

En invierno, al quebrar
la rama del ciruelo,
mi codo le hace eco.

Autor: Buson. Al asimilar el crujido de la rama seca con el de sus viejos huesos, Buson percibe la fragilidad de todo lo viviente.

¡Cómo comprende Sonámbula al codo de Buson! 😉

el incidente

Vi las primeras nieves.
Aquella mañana olvidé
lavarme la cara.

Autor: No estoy segura, creo que es de Shiki, pero en el libro donde se cita (El imperio de los signos de Roland Barthes) no se explica muy bien. Me gusta este haiku porque he vivido muchos incidentes parecidos: Vi las primeras gotas / aquella mañana / olvidé las llaves del coche… o… Vi las primeras luces / aquella noche / olvidé pagar la cerveza… etc, etc, etc.